Conocí a Isabela Maya en el 2017 durante el 4to Encuentro de Artesanos y Diseño Artesanal que se realizó en el Museo Nacional de Culturas Populares. Su proyecto: Maya Ch’ol me cautivó desde un inicio así como su historia y a través de estos años he sido afortunada de poder ser testigo de su evolución.
¿Cómo nace Maya Ch'ol?
Isabela Maya es una auténtica indígena Ch’ol de Palenque, Chiapas. Sus padres y abuela eligen a Isabela como su “k’exol”(la tocaya) la heredera del nombre y las acciones de la abuela. Desde el nacimiento acompañó a su abuela en casi todas sus actividades cotidianas; ir a la milpa, buscar leña, cargar agua, buscar caracoles en el río, juntar los cascarones de los caracoles para luego hacer la cal para el nixtamal, moler el maíz para el pozol y la tortilla, a tortear. Por las tardes su abuela bordaba sus prendas, cada selección de tejido de color era acorde a los de la naturaleza o lo que en el momento quisiera plasmar, ella enseñó a Isabela estos conocimientos, a su corta edad Isabela aprendió un poco a manipular la aguja, mas no con la maestría de su abuela.
Foto: archivo de Isabela Maya
Foto: archivo de Isabela Maya
Posteriormente Isabela se fue a vivir a Palenque para cursar la escuela secundaria y tuvo que abandonar su comunidad. Su abuela no estaba de acuerdo, pues deseaba que se quedase a vivir y hacer su vida en la comunidad, decía que podría perder sus raíces, su cultura y aunque a Isabela le consternaba su dolor, deseaba seguir estudiando ya que en ese tiempo en su comunidad sólo había educación Primaria.
Al terminar la preparatoria quería continuar con sus estudios universitarios y consiguió una beca para estudiantes indígenas en Guadalajara. Durante su estancia en la universidad conoció a otros estudiantes provenientes de comunidades indígenas como Mixtecos, Wixáricas, Otomíes, Purépechas, Nahuas.
Como estudiante universitaria para mantener sus gastos, comenzó a vender artesanías y productos Oaxaqueños pues su tutor trabajaba con productores y artesanos de esa región. Poco a poco comenzó a buscar más opciones y grupos indígenas que además de vender organizaban eventos de las diferentes culturas de quienes conformaban el grupo, con el fin de dar a conocer sus raíces, incluso daba clases de su lengua en la universidad o en algún evento cultural. Al conocer otras culturas que eran parecidas a la suya se sentía como en casa. Fue una época muy revolucionaria para Isabela porque formaba parte de: migrantes indígenas de la zona metropolitana, tianguis artesanal indígena, universidad solidaria y en la selección universitaria de Tae Kwon Do.
Estando fuera de su comunidad comenzó a apreciar más su cultura, a valorarla. En Palenque había sentido un poco de discriminación por ser indígena y eso le apenaba, después de estar fuera muchos años ese sentido se transformó en orgullo.
Sin embargo sentía que le faltaba algo, no estaba promoviendo el bordado ch’ol, no era por falta de ganas, sino porque no tenía piezas de ese arte, su abuela ya estaba muy enferma y al poco tiempo falleció. Además en su comunidad las hijas de la siguiente generación habían dejado de bordar. Fue así que entre sus hermanas y ella decidieron hacer algunas piezas.
Foto: archivo de Isabela Maya
Después de algunos años, Isabela regresó a Palenque, esta vez dispuesta a aprender más sobre el bordado, quería darlo a conocer, le entristecía saber que fuera poco conocido, como si estuviera en el olvido. Tomó clases de bordado tradicional y de corte y confección y comenzó a hacer las primeras piezas en clases, quería hacer modelos diferentes a lo tradicional, encontró un poco de resistencia al principio, pero poco a poco fueron gustando sus innovaciones. Le pedían que les hiciera algún modelo de revista con bordado tradicional y así fue como se fueron transformando en diseños más a la moda sin perder la esencia Ch’ol.
En Palenque Isabela conoció a mujeres de la comunidad de Roberto Barrios, ellas son de la cultura Tzeltal, así que incluyó también el bordado Tzeltal, dentro de su proyecto ya que comparten ambas culturas, son de la misma familia Mayense. Ellas aprendieron rápidamente el bordado Ch’ol por la práctica que ya tienen de saber bordar.
Foto: archivo de Isabela Maya
La marca Maya Ch’ol se consolidó en el año 2015. Para la elaboración de los diseños actualmente trabajan cerca de 30 personas en este proyecto incluyendo también hombres. Lo conforman Choles, Tzeltales y mestizos, varias líneas cuentan con el sello Marca Chiapas que avala la autenticidad de los productos.
El taller lo instalaron en 2017, al principio solo era una casa familiar, paulatinamente fueron acaparando los espacios de la casa, porque ya no cabían en el taller de corte y confección.
Foto: archivo de Isabela Maya
Foto: archivo de Isabela Maya
“Maya Ch’ol somos una organización socialmente responsable que busca promover la actividad artesanal de las mujeres choles y tzeltales, a través de la producción de bordados, inspirando a que la región Palencana retome una parte de su cultura a través de su cosmovisión, creando artes de alta calidad que satisfaga la demanda del mercado, cumpliendo con los requerimientos de calidad y comercio justo.”
¿Cuál es el simbolismo del bordado Ch’ol?
La forma romboidal y piramidal es la más utilizada en el arte Ch’ol. En el bordado, los rombos son las escalinatas, arriba es el panchan (cielo), luego el mundo donde vivimos: el mundo de los humanos y abajo es el Xibalbá (inframundo) la obscuridad: el infinito, ese nuevo mundo a donde vamos al morir. El centro es la unión, la dualidad (hombre/mujer, día/noche) el lugar donde nos encontramos con nosotros mismos, donde se adquiere sabiduría, crecimiento, apoyo, la espiritualidad.
Las escalinatas de las pirámides o rombos también es el encuentro con el hermano, con el hijo o amigo, los principales o los mayores llevan de la mano al otro a enseñarle el camino de la sabiduría y cuando éste se encuentre listo, entonces podrá emprender su viaje e instruir al siguiente. Es la vida diaria crecer en conocimientos día a día, caminar, tropezar hasta que algún día se adquiere el chujlel (alma-sabiduría).
Foto: archivo de Isabel Maya
Foto: Yemmy Sierra
Los colores también tienen su significado, el rojo y naranja son los colores del padre sol que es la vida, el guía. El azul y el verde en Ch’ol no se distingue cada uno es yäjyäjx que es el cielo y la tierra. El morado y amarillo son los colores del maíz y el negro el color de la noche de Xibalbá que también es parte de la vida.
¿Qué comida y/o bebida nos recomiendas si visitamos Palenque?
Para comer, caldo de gallina de rancho con hierbas de olor de la región. De bebida les recomiendo pozol con cacao, pozol agrio o pozol con camote.
¿La pandemia de Covid-19 ha sido buena o mala para ustedes?
Creo que más mala que buena porque evitó salidas y el movimiento de actividades, casi no hubo eventos, aquí en la región la compra y venta son más personales es decir directas, aún los pagos son en efectivo en la mayoría de los establecimientos.
¿Qué proyectos tienen en un futuro?
Esta en puerta el pequeño museo vivo de la cultura Ch’ol y experiencia de bordado Ch’ol para los turistas visitantes.
¿Cuáles son sus redes sociales y formas de contacto?
Te invito a seguirla en sus redes sociales:
Y si te encuentras por Palenque te invito a visitar su taller:
Prolongación Corregidora s/n esquina con calle Río Tulijá, 29960, Palenque, Chiapas, México.